Don Cherry | 1975 | Don Cherry

Spiritual | Avant-garde Jazz | Fusion
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Enlace | mp3 | 320 Kbps

Don Cherry (trompeta, piano eléctrico y voz), Frank Lowe (saxofón), Ricky Cherry (piano y piano eléctrico), Charlie Haden (bajo), Billy Higgins (batería), Bunchie Fox (bongós en "Brown Rice"), Verna Gillis (voz en "Brown Rice"), Moki Cherry (tambura en "Malkauns") y Hakim Jami (bajo en "Chenrezig")
El disco homónimo del gran Don Cherry (también conocido en sus re-ediciones como Brown Rice) es uno de los puntos más altos de su carrera, incluso si se toman en cuenta su trabajos con Ornette Coleman. Con sólo cuatro canciones se constituye en un verdadero viaje, en una de las obras maestras del legendario Don.
"Brown Rice", la pieza que abre el álbum, es psicodélica, pegajosa, hipnótica; suena casi al psych-folk/drone de la última década. El fuzz del bajo es brillante, y la voz críptica de Don y el incesante canto onírico de Verna Gillis atrapan en un trance sin igual, a lo que ciertamente contribuyen las percusiones de Billy Higgins (uno de los grandes amigos de Cherry y su colega en el cuarteto de Ornette Coleman) y Bunchie Fox.
En contraste con la voluptuosidad danzante de "Brown Rice", la segunda canción del disco, "Malkauns", presenta desde el principio una mayor timidez. La introducción en bajo por parte de Charlie Haden (otro legendario, también parte del cuarteto clásico de Coleman) acompañado por Moki Cherry (la esposa de Don) en la tambura ayuda a establecer una atmósfera introspectiva, melancólica, un poco desolada, sobre la cual Don elucubra una improvisación en trompeta que confirma el tono más bien triste de la canción, pero de una melancolía alegre, catártica, desahogadora. Con la batería de Higgins la atmósfera va transmitiendo un poco más de confianza, de seguridad; la sensación de que la vida es triste a veces, pero que las cosas estarán bien. Hermosa canción.
Por su parte, "Chenrezig" se adentra ya más directamente en las influencias orientales en la música de Cherry. La voz de Don prácticamente entrama un throat singing, que progresivamente va construyendo un ambiente críptico que de a poco se va prendiendo. Más adelante entra en juego un elemento del jazz más tradicional, con un genial, sutil y disonante comping de piano por parte de Ricky Cherry. Y al final, la explosión, el caos, la liberación, con un Don Cherry improvisando frenética y ruidosamente en la trompeta.
Por último, "Degi-Degi" es casi una pieza de afrobeat, aunque sin una percusión predominante. En un piano eléctrico, Ricky Cherry adereza el trance con un comping que le debe bastante a la música de la India y sobre el cual Don narra en tono críptico un parlamento ininteligible, a la vez que Frank Lowe improvisa con energía en el saxo tenor y, con su genialidad característica, Charlie Haden teje una melodía hipnótica en el bajo.
Así, en pocas palabras, Don Cherry constituye un álbum realmente brillante, dinámico y vital. -IMF